Vuelven hoy
como pájaros
los recuerdos
de aquellos días
de sol radiante.
Puedo ver
como en una pintura
las hilachas gastadas
de tiempos felices
que hoy me matan.
Recuerdo claramente
cuando eramos inmortales,
cuando no nos dejábamos
clavar por estos puñales.
Estar asi, todo esto,
me arrojó a esa suerte,
como hojas de otoño
bailan en su viaje a su muerte.
Estan felices,
nos ganaron la batalla
muchas sombras
que tantas veces
quisieron rozar tu cama.
Vendrán a mis noches
centenares de tormentas,
los viernes que en mi cama
no muera entre tus piernas.
No podré nunca
pasarte a buscar por tu casa,
llevarte al cine un domingo
mientras el mundo afuera estalla.
No habrá consuelo,
no te veré conmigo
volverte vieja,
ni te calmaré el frio.
No estarás en mi cama,
te casarás con otro tipo.
Te enamorarás
y tus hijos llevarán otro apellido.
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