viernes, 29 de abril de 2011

Maletas livianas.

Te conocí buscando días diferentes
como quien espera en el campo que venga la lluvia
para que al fin, crezcan los cultivos anhelados.
Estabas de paso y yo, como nunca, listo para quedarme.
A minutos de partir ni hice las maletas
y vos ya estabas viajando primero, acá, siempre conmigo.
Se me viene a la memoria aquellas huidas fugaces,
las travesuras de escaparnos y volver de madrugada.
Recordarte con este cariño debe ser consecuencia
de estar próximo a un destino que nunca he conocido,
donde esperan con prisa noches con amigos, vinos, risas sin motivo,
hablar por las calles de aquellos años intensos que gastamos, tan vivos.
Vuelve siempre tu hermoso recuerdo después de aquel primer beso,
de ya hace muchos veranos y en el camino de vuelta, besos equivocados.
Sigo convencido de que te he querido y te quiero:
Los años han sido dosis de tu veneno sin cura capaz de salvarme.
Quizás con algunos recuerdos la vida dure para siempre,
si no hay nadie que pueda hacerme olvidar el tacto de tus dedos
recorriendo mi cuerpo, dándome la mano jurando que nada malo iba a pasar.

miércoles, 13 de abril de 2011

Estigmas.

Destruirás la hoguera,
el júbilo, la calma.
Vestirás de espera el deseo,
el llanto, las risas, el tacto.
Adornarás el cuarto,
el sillón y la heladera,
el viento y sus piruetas
entrando por las hendijas de la persiana.
Reirás mirándote en otros ojos,
cuando al despertarte
el amor llegue en un texto a tu celular.
Maldecirás el estudio, los recuerdos,
el llanto, los graves errores cometidos;
a todo ser del cielo, el infierno y los mares.
Marcarás de garabatos la pasión
y el impacto en otras espaldas,
el deseo, la carne hirviendo.
Seguirás culpándome, quizás,
de tus males, de haberte abandonado.
Habrás jurado olvidarme al precio que sea.
Arderá el paraíso que nos habíamos prometido,
los besos que jamás nos daremos,
el hoy estigmatizado por un ayer que no marchita.
Arderás y arderé, eso no habrá cambiado,
y aun así te habré de amar,
a pesar de estar a veces muerto,
a pesar de todo o de nada.

viernes, 1 de abril de 2011

Síndrome.

Te lo adverti un sinfin de veces
aunque sigas diciendo que estoy mintiendo.
Te avisé que pasaria esto, y hete aqui,
ni una sola semana ha dejado de pasar.

Diras una vez mas que el mundo de hoy
nunca nos ha entendido, que nos ha desgastado.
Personalmente creo que la cobardia te ha vencido,
y mira que he perdido la cuenta de las veces que fui cobarde.

¿Que podré decirte ahora que te he dicho todo?
El corazón no se endurece de un día para otro,
aun cuando de un día para el otro lo hayan devastado.
Me desgarraste hasta los huesos y eso tampoco te alcanzó.

Buscarás una nueva excusa y yo una vieja huida.
Se desangra la herida que vos misma creaste,
hoy tu invento mas fiel, justo como lo esperaba.
Todavía lanzás flechas esperando cazar algún fantasma.

Me he atrevido a buscarte, y aquí me tienes perdido:
Todavía intento escapar al frío que me dió tu abrigo.
Te dejé el mundo solo para vos con varios mapas y coordenadas
donde hallar cualquier rincón existente, excepto el mio.

Y aquí hemos quedado los dos, todavía
rondando por ninguna parte en carne viva.
Mientras sigo procurando desde hace ya varios siglos
encontrar el sol -que te robaste- en otras pupilas.