miércoles, 1 de diciembre de 2010

Estabas ahi

El mundo caia lentamente,
brillaban las estrellas en noches sin fin.
Mientras tanto en otros horizontes
surgieron nuevos soles en cientos de vientres.
Y estabas ahí.
  
Caminé eternamente sin rumbo
entre la niebla revolviendo "por ques",
tesoros perdidos, rastros de tu ausencia,
destellos fugaces de tu perfume.
Me supe ahogado en este desierto
donde hace tiempo fui rey.
Y seguías ahí.
  
En un campo un puñado de niños
contemplaban fascinados las estrellas.
En cada sitio rugía la tierra, estallaban bacterias,
las cámaras parpadeaban luces continuas.
Brindaban manos negras, revivíamos en noches eternas.
Y es increíble, pero de todos modos seguías ahí.
  
Inventaron a su antojo la historia.
Mataron con su oscuro poder a cientos de mortales.
Buscaron con poca suerte tesoros escondidos
en las alcobas de las memorias.
Y a cada instante seguías ahí.
  
Alquilé sin éxito los reflejos de mi esencia
Rondé en otros territorios, en otras capitales.
Se quitaron la vida entre lágrimas y sonrisas
en esas noches en que yo trazaba en tu espalda
garabatos y extensas e indelebles líneas verticales.
Y a cada instante estabas ahí.

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