miércoles, 29 de diciembre de 2010

Bello jazmín.

Creo sentir desde tu huerta 
el olor a jazmín, ese perfume 
que despierta en mi una sonrisa.
  
Estas en las texturas del aire,
en la brisa fresca que trae el viento
pequeñas partículas a mis recuerdos.
  
Cada comienzo de año es una plegaria
a tu sincera e intachable memoria,
a tu impecable esencia, a tus ojos de un ocaso sin fin.
  
Te escribo proyectando imágenes
y una huracán de varios colores
que de solo pensarte, llueve por dentro.
  
Te escribo aunque se haga difícil.
Me cuesta horrores hilar palabras
para alguien tan inmenso en este pequeño corazón
que late con mas fuerza al evocarte. 
  
Te escribo sin poder evitar emocionarme,
sin olvidar ni un segundo tu radiante paz.
Me enseñaste, como nadie, con solo una mirada
como en un pequeño punto del espacio
puede existir tanta luz y bondad.
  
Te escribo, abuela, entre tantas bienvenidas
no hay cosa en el mundo que no daría
por volver a sentir tu calma y tu radiante sonrisa,
oasis en este desierto que han apodado vida.
  
Hoy mis fuerzas, intactas, te nombran.
Mi haz de luz, queda tanto por esquivar y tropezar..
Desde este efímero lugar siendo un simple ser vivo
y vos, por siempre, la perfecta eternidad.



1 comentario:

Anónimo dijo...

muy linda,hasta las lagrimas!