martes, 4 de enero de 2011

Eso que no se ve.

Es este el deseo mas verdadero,
el habitar, aún, rara vez en tu risa,
en los luceros de tus ojos fijos,
en el pintalabios desalineado de tu boca 
por algún que otro beso.
  
Es, para esta parte del calendario,
ese elixir soñado por Quin Shi Huang
mi eternidad claramente reflejada en tu esencia
la que hace mas agonizante esta plegaria
que alumbra con mayor fuerza este verano.
  
Es, para estas alturas de la vida,
un suspiro renovador saberte cerca
cuando esta ciclotimia ataca esos lugares
donde entra en cuestiones traumáticas 
el afán de llenar el calendario con tu nombre
sin creer necesitarte en un mañana.

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