Has hecho de la carne algo extraordinario.
Brillas aún mas que toda la luz de la tierra.
Son tus partículas, esa nebulosa estelar
que adorna de guirnaldas radiantes estas noches de verano.
Fue este el descubrimiento que venias anunciando:
Lograste llenar el vacío, a diario, con sonrisas y paz.
Un haz de luz que brilla y me vigila desde la ventana,
los fantasmas por fin se han ido a bailar por aquellos lugares.
Se han extinguido las luciérnagas desde tu ausencia,
hasta las mariposas han cambiado de lugar.
Te has llevado el aroma a flores por las mañanas,
los caramelos deliciosos y sus colores que encontraba en tu sonrisa.
No dudo que desde entonces las tormentas han sido mas oscuras.
Deberías perdonarme lo cobarde que me han hecho todos estos años.
No he logrado vencer las manchas oscuras que han dejado las heridas,
el temor al fracaso, a un no, a lo que piensen algunas personas.
He dejado casi por completo de caminar bajo estos calurosos aguaceros.
Ya has notado, no logro matar la tristeza que contamina cada cosa que escribo.
Cada lectura es un suspiro al recuerdo de días que pasaron, mejores, soleados.
Cada línea que redacto no expresa mas que el vacío de cantarle a la nada, al olvido.
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