Canalizar el no se que de no tenerte,
el dulce tormento de saberte sonriendo.
Llueven lágrimas claras de estrellas olvidadas
sin ser vistas, incapaces de cumplir deseos.
Puedo sentir el verano en tu piel
y el hielo que deja tu ausencia.
Nacen primaveras en tus labios de miel,
mientras caen recuerdos de estos días
como en otoño hojas secas.
Se hizo luz la noche con sólo saludarte,
con el cielo verde demorando en suicidarse
sumo sueños al alba riendo a nuestro lado,
a tu cálida voz susurrando pequeños soles.
Se sienten mágicos estos suelos desde que llegaste
sin siquiera haber cantado en las texturas de tus labios.
Dudo que exista una pintura mas perfecta
en un cielo de atardecer, a contra luz, tu perfil dibujado.
Dulce calvario esperarte, aún así, feliz.
Las noches de bares cruzarte de casualidad,
el deseo más sincero de estos tiempos.
Rogando ni se a quien, que los vasos de fernet
te traigan por arte de magia a mi encuentro.
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