Agujas punzantes sobre el algodón.
Esa sensación, una anestesia, un dolor algo simpático.
¿Como explicar que otra vez sabe dulce recordarte?
Las estrellas no pudieron revelarlo, la claridad ciega nos purifica.
El terror de tu gobierno habitaba en las aguas transparentes
para manchar de sombras la vertiente de la cascada.
Imposible escapar: cada película que pasa no termina cuando vos queres.
Cada risa es un néctar, un tejado crujir con la lluvia y su calma.
Es respirar para ahogarse. Confiar en la única y tenue luz
aun sabiendo que posiblemente, en un momento se bañe de paranoia.
Ahora los dos sabemos bien la formula mas parecida para volar.
Los riesgos son extremos: Ideal ejemplo como justificativo de que nada es perfecto.
Una utopía matemática. Esas áreas bloquean la reacción y aumentan la sensación
a perderse en un sinfín de mundos nuevos, de los que no podemos desertar.
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