Si pudiera regalarte hoy, en tu día,
la magia de aquellos tiempos pasados,
los sueños tan verdaderos, la fe,
la paz y la felicidad que tenía para vos
hace ya tantos años..
Si hoy pudiera decirte sin preámbulos,
con palabras perfectamente precisas,
quizás nos invadiera por completo
un silencio absoluto, un sinfín de besos,
una despedida entre el viento,
palabras de desacuerdo, que se yo.
Te regalaría un puñado de recuerdos felices,
eternos, como aquel mutuo primer beso
de niños adolescentes, aquel amor de verano,
que en menos de una estación
escribimos sin narrar el final de un cuento.
Son veinte las primaveras prematuras
que te vieron florecer antes de tiempo;
brillar, amar, y maldecir, como yo,
tantas veces respirar distintos aires.
Sería un dulce encanto arder en el infierno,
de saber que cada mañana al despertar,
una suave brisa conocida,
quizás algún mensaje perfumado
o un aroma fugaz seduciendo los sentidos,
te hiciera sonreír a diario y por siempre,
aunque no estés conmigo.