Dias raros, grises y frios.
Miles de cosas que pasan por la cabeza.
Frio. Frio por dentro. Hielo en el alma.
Fines de semana desesperados,
eternos, sin ganas.
Esperar contrariamente al resto
que comience nuevamente una semana.
Tantas palabras que gritar,
tantas cosas guardadas que quieren salir.
Tantas dudas, tantas preguntas.
Tantos miedos, tantas ganas.
Cambios de animos mas frecuentes,
hacer un mundo de todo.
Aferrarme a que todo va a cambiar,
escribir sobre hojas de otoño.
Abrazos para este invierno, para abrigar.
Rutina, mil horas por dia,
semanas encajadas a diario, eternas.
Preguntandome donde quedo aquel lucero,
las noches de mirar al cielo,
de contemplar las estrellas.
Rogando que me traiga una de ellas
la luz que me anda faltando ultimamente.
Volver a escribir,
llenar lineas con recuerdos gigantes.
Palabras que lo dicen todo,
la mirada perdida, poco clara.
Estar y no estar,
querer estar no se en donde.
Querer volar a ninguna parte,
pero volar donde no haya silencio,
tristeza, lamentos.
No entenderme,
estar cansado de todo,
de las mismas cosas,
de las mismas caras.
Buscarte entre la gente,
en dias en que el sol siempre salia,
pensando que a veces no estoy en tu vientre,
que no te siento tan mia.
martes, 23 de junio de 2009
martes, 16 de junio de 2009
Despertame cuando termine el invierno,
cuando el frio no congele las ganas,
cuando la noche no me rompa el corazon
los sabados y domingos de madrugada.
Despertame cuando se vaya el invierno,
cuando haya lugar para aquellos besos,
cuando pronunciar tu nombre no me duela,
que traiga la calidez de tiempos venideros.
Despertame cuando pasen los dias grises,
con un beso desesperado de despedida.
Dejame dormir en lo profundo de aquellos recuerdos
para no congelarme, para no creerte perdida.
Despertame con tus ojos iluminando la habitacion,
que tu sonrisa me traiga aquella infinita alegria.
Haceme olvidar lo que duele tan fuerte
y mirame fijo para no saberte perdida.
Susurrame suave y dulce al oido,
que los angeles ya no se ponen celosos.
Y congelarte en un abrazo
cada vez que duermas conmigo.
cuando el frio no congele las ganas,
cuando la noche no me rompa el corazon
los sabados y domingos de madrugada.
Despertame cuando se vaya el invierno,
cuando haya lugar para aquellos besos,
cuando pronunciar tu nombre no me duela,
que traiga la calidez de tiempos venideros.
Despertame cuando pasen los dias grises,
con un beso desesperado de despedida.
Dejame dormir en lo profundo de aquellos recuerdos
para no congelarme, para no creerte perdida.
Despertame con tus ojos iluminando la habitacion,
que tu sonrisa me traiga aquella infinita alegria.
Haceme olvidar lo que duele tan fuerte
y mirame fijo para no saberte perdida.
Susurrame suave y dulce al oido,
que los angeles ya no se ponen celosos.
Y congelarte en un abrazo
cada vez que duermas conmigo.
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